Por tradición o errónea metodología, se ha enseñado que las dificultades destructivas para la sana relación con Dios, vienen de afuera; pero si reflexionásemos a conciencia por un momento, llegaríamos a la conclusión que se originan en nuestro interior .

La libertad, por falta de conocimiento y madurez, puede ser mal encaminada y es en lo oscuro y desenfrenado donde esta, ayuda a activar las inclinaciones más bajas y destructivas para la estabilidad emocional, física y espiritual. Ante la propuesta de mentir, la oportunidad del placer desenfrenado, la exquisita ocasión de comer innecesariamente, descansar sin límites, sumergir en licor hasta el ahogo la razón, abandonar las oportunidades de conservar con dedicación el estudio o el trabajo, no permitirte respirar la vida con diversión, ser vencido sin el mayor esfuerzo por la tentación o dejar pasar de largo la dicha de abandonarte en los brazos de tu Creador, ¡tú decides!

1 Pedro 2:11 Reina-Valera 1960

11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

Santiago 1:13-18

13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado, cuando de sus propios deseos apasionados es atraído y seducido.
15 Entonces los deseos apasionados, después que han concebido, dan a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
16 Amados hermanos míos, no erréis.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
18 El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.

Santiago 4:1

4 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?