Cuenta la historia, que en cierta ocasión, el general francés Napoleón, condenó a la cárcel a un joven soldado por ser desertor; su madre, tristemente conmocionada, rogó al gran estadista, que tuviese compasión y le dejara libre. Napoleón, replicó diciendo: ¡no lo merece! Pero la mujer insistió; precisamente, por lo que no es digno de su favor, es que le pido, lo perdone. E inmediatamente, el temido general, dio orden de liberarlo.
La gracia es el favor no ganado, porque no se tiene la capacidad para alcanzarla, mucho menos, pagarla.
Efesios 2:8-9 Reina-Valera 1960
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Romanos 5:8
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.