¡Oh llanto! Que entre las penurias divagas, con la esperanza del consuelo perdido o quizás, de un sentimiento herido. ¿Cuándo terminarás por fin, ser vencido?
Las lágrimas se manifiestan por la impotencia del alma, al no poder detener un fuerte e incontrolable sentir emocional; sollozos causados por la muerte, la desilusión, la derrota o el abandono, y que de manera inconsolable procura expresar quien sufre; deseando en lo más profundo de su ser, hallar libertad y paz inmediata.
Un pañuelo a tiempo, unas palabras dulces y sabias, un hombro que fortalezca, un abrazo o algunas lágrimas sinceras, levantarán el ánimo del afligido de espíritu.
Salmos 6:3,6 Reina-Valera 1960
3 Mi alma también está muy turbada;
Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
6 Me he consumido a fuerza de gemir;
Todas las noches inundo de llanto mi lecho,
Riego mi cama con mis lágrimas.
Salmos 31:9
9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
Romanos 12:15
15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
Mateo 5:4
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.