Hablar de la naturaleza de Dios, siempre será un tema impresionante, agradable y edificante; porque es que precisamente lo magnífico de su poder, lo inefable de su amor, lo inescrutable de sus caminos y lo inmenso e incuestionable de sus misericordias, lo hacen Único, Verdadero y Perfecto.
Existen dos verbos que no lo pueden alcanzar: morir y pecar; me detendré, sostenido por sus eternas misericordias y guiado por su gloriosa sabiduría, en la última acción; para poder infringir una ley, se debe estar bajo la autoridad y decisiones de quien la decretó. Dios, en su sola Potestad, como Ser Superior, decidió que la humanidad tuviese fronteras en sus pensamientos y comportamientos, con el propósito de salvaguardar la paz interior y la vida.
Hebreos 6:13-20 Reina-Valera 1960
13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.
16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación.
17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;
18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,
20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Santiago 1:13-14
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.