Es una completa dicha poder gozar la riqueza de la existencia, tener la satisfacción de respirar y contemplar las maravillas de la creación de nuestro Padre eterno; el magnífico tesoro de haber nacido y, lo más sublime, ¡tener como Creador a alguien perfecto y maravilloso!

Él, nos dotó de muchas formas de expresión; fisiológicas, emocionales y espirituales, para deleitarnos y sentirnos plenos en la tierra: una pareja sentimental conforme a sus designios, la familia, los exquisitos alimentos, las sanas diversiones y la música, entre otros.

Pero debemos tener cuidado, porque es a través de estos preciosos dones, que el ángel de mentira podría seducirnos para llevarnos a la muerte espiritual; tentó al mismo Señor en el desierto, cuando éste, después de cuarenta días y cuarenta noches de ayuno, se disponía a comenzar su ministerio, diciéndole que convirtiera unas piedras en pan. La misma música, agradable al cuerpo y al oído, podría estar potencialmente diseñada con mensajes subliminales para hacer daño a la mente de los jóvenes y adultos.

El alcohol (etanol), se encuentra presente de forma natural en frutas muy maduras como, la manzana, la uva, la piña, la pera, el higo y el melocotón. Es muy interesante saber que una copa diaria de alcohol, puede tener relación directa con el desarrollo de siete tipos de cáncer.

1 Tesalonicenses 4:3-5 Reina-Valera 1960

3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;

Mateo 4:2-4

2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Eclesiastés 7:5

5 Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios.

1 Juan 2:16

16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.