El rey Herodes arengó al pueblo y este lo aclamaba gritando: ¡voz de Dios y no de hombre! Al momento, este gobernante expiró comido por gusanos.

El principio o carácter de la fama, normalmente, es el de abrigar y dar reconocimiento a quien la busca; este, por tendencia, desea ser alabado y vitoreado. El punto en cuestión, es que su recompensa es material.

Siendo claros, hay un “administrador” de las riquezas y los aplausos en la tierra, y los da a quien acepta adorarlo. En el sendero espiritual, la gloria y el honor, son para el que es mayor que las riquezas, las alabanzas y todo cuanto existe, visible o invisible; y su galardón, es eterno no efímero.

Juan 7:18 Reina-Valera 1960

18 El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.

Colosenses 3:23-24

23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.