Las batallas más crueles y difíciles de la existencia se libran en el espíritu, el lugar desde donde se presenta la comunicación con lo invisible y espiritual; necesita cuidado y atención con base en lo eterno, se fortalece por medio de experiencias no palpables ni demostrables físicamente.
Una hermosa analogía se da cuando el águila enseña a su aguilucho a volar, a través del conocimiento y diferenciación de los vientos; comienza con destruirle el nido, para luego forzarlo a caer desde el risco. La inexperta ave real, considera que morirá; pero intempestivamente, la madre águila, lo rescata recibiéndolo sobre ella, y así lo libra de su inminente caída sobre las rocas.
Una y otra vez, lo lanza al vacío, hasta que el aguilucho pueda moverse por el aire y su naturaleza real de libertad, se manifieste; para conocer las alturas, remontando el vuelo.
Isaías 40:29-31 Reina-Valera 1960
29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Salmos 55:22
22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.
2 Corintios 3:17-18
17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.