Como mecanismo de defensa, de atracción o un medio para desviar la atención, se han utilizado las capacidades intelectuales y el conocimiento en las relaciones interpersonales; si volviésemos nuestra mirada a la historia en cuanto al origen de la ciencia, encontraríamos que no es tan alentador como nos lo hicieron pensar; el hombre fue dotado de una inteligencia natural, que era sostenida por medio de la santidad y una relación espiritual constante, con el autor de la vida.
Nada, fuera de Él, necesitábamos para ser felices y sentirnos plenos en gusto por la vida; el conocimiento científico que es adquirido mediante la observación y la experimentación, tendrá que ser competente para demostrar la existencia de Dios y su consecuente creación; por dicha razón, Él no deseaba que tuviésemos acceso a semejante y complicada responsabilidad, porque los avances de la ciencia que deberían honrar a Dios y alinearse con su deseo de proteger la naturaleza, no lo hacen. El que lo alcance, será un objetivo y verdadero científico.
Proverbios 9:10 Reina-Valera 1960
10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,
Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
Hechos 17:28
28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
Génesis 2:16-17
16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Romanos 1:20
20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Apocalipsis 11:18
18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.