Érase un joven visionario, aventurero y audaz; pero sobre cualquier tipo de cualidades, apasionadamente creyente en Jesús y en su inmensurable poder salvífico; durmió por una semana en el piso de una antigua casa, rodeado de zarigüeyas; pasó veinte noches en la selva en una hamaca, sin saber, que leones caminaban debajo de esta; nadó una hora en la noche, mar adentro, confiado en que el creador de grandes y carnívoros peces les daría orden de no hacerle daño; una gran víbora, huyó al ver su pie muy cerca de ella; ...
¿Era suerte? ¿O fue la protección divina? El Cristo, el gran maestro, aquel que con sus manos formó todo cuanto existe, descansó en una barca en medio de una fuerte tempestad y fue fortalecido por ángeles, para vencer la debilidad. ¡Solo Él, puede ser y es la única suerte que tenemos mientras vivamos! Y hasta ordena a sus ángeles para que nos sirvan.
Daniel 6:19-22 Reina-Valera 1960
19 El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones.
20 Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?
21 Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.
22 Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.
Lucas 22:42-43
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
Salmos 16:5-9
5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;
Tú sustentas mi suerte.
6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,
Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
7 Bendeciré a Jehová que me aconseja;
Aun en las noches me enseña mi conciencia.
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí;
Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma;
Mi carne también reposará confiadamente;
Hebreos 1:13-14
13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?