Desplumar

Juan Diego Jaramillo | 1 de septiembre de 2021

"¡Quítele las plumas a una gallina y vuelva a ponérselas si es capaz!", es un dicho entre los latinos que parece sencillo y hasta chistoso, pero que tiene un gran y preocupante significado; primero, porque el solo hecho de imaginarnos a un indefenso animal siendo torturado de esta despiadada manera, causa desaprobación e impotencia; y segundo, considerar algo imposible de reponer, provocaría frustrante angustia. Semejante es la situación cuando hablamos acerca de alguien: un "simple" comentario, un chisme malintencionado o una murmuración, podrían separar matrimonios, dividir congregaciones, matar física o emocionalmente a familias enteras y destruir grandes y sólidas empresas.

Las consecuencias al encender un "insignificante" fuego en medio de un bosque, sin intención de apagarlo o causado por accidente, solamente serán experimentadas por quienes vivan en dicho terrotorio afectado.

Mateo 7:1-4 Reina-Valera 1960

1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.
2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

Santiago 3:5-8

5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !!cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

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