En solo un día y en cuestión de minutos, a un hombre perfecto, recto, temeroso de Dios y apartado del mal, robaron sus ganados, mataron a sus criados; en un accidente, sus diez hijos murieron, fue herido con una sarna maligna y; su esposa, se opuso a su fe incondicional. Una experiencia tal, es muy traumática, mental y emocionalmente; además, de incomprensible para cualquiera. ¿Cuál debería ser entonces la respuesta en semejante circunstancia?
Este varón, conocido como Job, actuó así: “se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.”
Algunos consideran que porque Dios es amor, no permitirá que seamos probados y perseguidos por las fuerzas oscuras del mal; Él, se glorifica en todo lo que acontece, y si lo permite, es porque será para nuestro crecimiento espiritual y emocional.
Job 2:9-10 Reina-Valera 1960
9 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
1 Corintios 10:13
13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
Salmos 55:22
22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.