Dudar los juicios y decisiones de Dios con respecto a la humanidad, es una actitud de ignorancia y necedad, porque así, se pretende tomar el lugar o el trono que compete solo a Él; en su sola potestad decide, permite, ordena y espera. Decidió crearnos y amarnos, aunque conocía de antemano, nuestra infidelidad; permite ciertos acontecimientos en nuestas vidas para edificarnos y mostrarnos sus misericordias; ordenó a sus siervos los profetas, que anunciaran sus castigos a los pueblos rebeldes que no quisieron respetar sus preceptos; y, espera con paciencia a que nos sometamos y seamos edificados por medio de su Perfecta Palabra.

Al ordenar al pueblo, por boca de Moisés, que miraran a la serpiente de bronce, es porque tenía en mente sanarlos a través de este acto de obediencia; y no fueron librados de la muerte parcialmente, ¡de manera categórica recibieron salud! El incrédulo, que no quiso dirigir sus ojos a ella, inevitablemente murió. El Todopoderoso, pudo haberlos protegido de fallecer, pero de antemano había declarado su deseo por medio de una inmutable ley, y despreciarla, provocó funestas consecuencias.

En el mortal sendero de una peste, Él permite que se realicen algunas investigaciones y estudios sobre medicamentos que podrían mitigar su mortal acción, pero no quiere decir que estos, sean infalibles o perfectos; muchos sufrirán a lo largo de la experimentación. Quizás la mayoría compartirá dichos avances científicos, mientras que otros, permanecerán al margen.

Job 1:12,22 Reina-Valera 1960

12 Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
22 En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

Éxodo 12:12-13

12 Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová.
13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.

Jeremías 29:11-13

11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;
13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.

Santiago 1:17

17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.