Entendiendo por el Espíritu que estaba a punto de morir, no se detuvo a pensar en lo que harían con su vida los amenazantes y fanáticos opositores; sino que dirigió su mirada hacia las alturas para terminar de ser formado y vivificado en Él.

Por la fragilidad que de forma innata está en nosotros, tenemos la inclinación a centrarnos en los problemas, el dolor y la tribulación; seguro que algunas de las circunstancias en las que te ves involucrado, son muy difíciles de comprender y aceptar, sin embargo, por la grandeza de su amor y la fuerza de su dulce compañía, lograrás sobreponerte.

Lo ideal, es no detenerte demasiado a observar el oscuro momento; pon tus ojos en lo que Jesús desea hacer, para edificación y perfección de tu vida; considerar más allá de la turbulencia formada por las dificultades.

Hechos 7:54-57 Reina-Valera 1960

54 Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él.
55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
57 Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él.

Gálatas 4:19

19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,

Hebreos 12:2

2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

2 Corintios 3:18

18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Filipenses 3:20-21

20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.