Aligerar

Juan Diego Jaramillo | 4 de mayo de 2021

Al visitar una hermosa y fresca corriente de agua, en tiempos de descanso, en algunas ocasiones, nos hemos encontrado con unas pequeñas y redondas piedras; cubiertas de un tipo de lama en su superficie, que cuando al hacer algún tipo de presión sobre ellas; inmediatamente, se desplazan o deslizan con ligereza, hacia otro lugar de la orilla. ¡qué bueno fuese! Que aquello en lo que hemos puesto demasiada preocupación y que ya de lejos, se ha convertido en un serio y pesado problema, huyera de nuestras vidas para sentirnos livianos, descansados.

Partir a la eternidad en paz, sosiego, calma y confianza, implica necesariamente algo así como una analogía con la piedra escurridiza; mientras más nos encontremos ligeros de cargas o ataduras materiales, más fácil y descomplicada, será nuestra muerte.

Lucas 12:15,20-23,31 Reina-Valera 1960

15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.

Romanos 14:17

17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.

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