La historia registra algunos degradantes y preocupantes datos, sobre el comportamiento social de la mujer y el hombre; por ejemplo, en Pompeya, la ciudad romana que fuese destruida por un volcán, las dos únicas labores remuneradas de la mujer eran, la prostitución y los oficios domésticos; y en el antiguo Egipto, donde se practicaba la esclavitud, para servir en las mejores familias, incluso había voluntarios. En ocasiones, personas arruinadas, se vendían así mismas a familias ricas.
El Dios de los cielos y de la tierra, no tiene como propósito, estar inventando sentencias sin razón o persiguiendo a la humanidad para que no sigan cayendo en su descontrol y soberbia oposición a sus perfectos mandamientos; su deseo es que procedamos al arrepentimiento, desde una decisión voluntaria, humilde y sin presión alguna.
Romanos 3:10-18 Reina-Valera 1960
10 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
11 No hay quien entienda,
No hay quien busque a Dios.
12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
13 Sepulcro abierto es su garganta;
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios;
14 Su boca está llena de maldición y de amargura.
15 Sus pies se apresuran para derramar sangre;
16 Quebranto y desventura hay en sus caminos;
17 Y no conocieron camino de paz.
18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.
Isaías 1:18-20
18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
19 Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;
20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.