Busco Al Hombre

Juan Diego Jaramillo | 2 de septiembre de 2021

Cuentan que Diógenes, el filósofo, frecuentaba salir desnudo portando una lámpara en sus manos; si alguien, por curiosidad, le preguntaba qué hacía, de manera inmediata contestaba: "busco al hombre"; ¿a qué o a quién se refería este pensador? Estoy completamente seguro que si hubiese sido contemporáneo del maestro de Galilea, Jesús, no hubiese tenido necesidad de exponerse a la burla y al desprecio de esta manera, porque en compañía del Mesías, encontraría la paz y abastecería para todas las necesidades del corazón.

En la actualidad, muchos no están muy lejos de ser como aquel que caminó sin encontrar un sentido a su existencia: se exponen a las burlas hasta de sus propios amigos al manifiestar sus debilidades ocultas cuando son manipulados por el licor; apresuran sus pasos al encuentro del desengaño y el dolor, al mirar lo que es ajeno; transitan en el absurdo cansancio de la luz, clamando por ser envueltos y confundidos en las tinieblas; cambian la libertad del alma, por las cadenas del ilusorio placer; abandonan la sinceridad, seguridad y la calma de una familia, por "amigos" de doble ánimo, turbulentos y destructivos de corazón, ...

Siendo así, Diógenes estuvo mejor que estos.

Mateo 11:28-30 Reina-Valera 1960

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Juan 8:12

12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Juan 16:33

33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

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