Tesoro Escondido

Juan Diego Jaramillo | 10 de agosto de 2021

Joyas de gran valor, elaboradas con perlas, piedras preciosas y oro, son conservadas por familias de generación en generación; y aún en aquellas que carecen de propiedades y tradiciones formadas en el tiempo por la riqueza y el poder, procuran guardar algunas como pequeños tesoros capaces de enfrentar el paso de los años y con él, el deterioro de la vida. Llevadas inevitablemente en cautividad, encadenadas por su admirable resplandor, la asombrosa hermosura y el incalculable valor.

¿Qué será lo que encuentran los apasionados por este tipo de pertenencias? Quizás, ¿Seguridad? ¿Calma? ¿poder? ¿propósito? ¿belleza? ¿apariencia? o, ¿compañía?

El espíritu es un tesoro, debes aumentar su riqueza por medio de valores eternos, espirituales y verdaderos; estos se hallan en una comunión íntima, humilde y sincera con el Dios Altísimo.

Mateo 13:44-46 Reina-Valera 1960

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

Mateo 6:19-21

19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

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