Cada año, un evangelista solía visitar un pueblo muy influenciado por una peligrosa y maliciosa bruja; esta, cansada de perder tantos adeptos a causa de las campañas anuales del siervo de Dios, se juramentó matarlo en su próxima visita, inmediatamente saliera de “su espacio”.
Durante este tiempo y en la fecha estimada por la seguidora de las fuerzas ocultas, el predicador se despidió de los creyentes para partir; al cruzar por un puente en medio del espeso bosque, la mujer lista, armada y dispuesta a atacarlo con un afilado machete, ¡nunca salió de su escondrijo!
Al año siguiente, la primera persona que, desesperadamente se acercó al hombre de Dios, fue la bruja para preguntarle: ¿quién era ese radiante gigante que lo acompañaba un año atrás? Él le contestó: estaba solo; terminadas las exposiciones bíblicas, la mujer aceptó en su corazón al Señor Jesucristo.
Salmos 34:7 Reina-Valera 1960
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
Hebreos 1:13-14
13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?
Salmos 3:3-4
3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé a Jehová,
Y él me respondió desde su monte santo. Selah
Jeremías 20:11-13
11 Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.
12 Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa.
13 Cantad a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos.