Familiarizarse

Juan Diego Jaramillo | 26 de mayo de 2021

El pez betta o luchador, nativo de Tailandia, es una especie difícil de domesticar en el sentido del contacto físico; pero con paciente cuidado al alimentarlos, limpiar su espacio y hablarles, poco a poco van dejando a un lado su naturaleza “agresiva”, por medio de conocer a quien lo protege. Personalmente, tenemos uno en casa y ha estado permitiendo que me acerque, hasta el punto de haber comenzado con dos o tres segundos de contacto; días después, aceptó que lo acariciara por cinco o siete segundos.

Espero que llegue a acostumbrarse tanto con mi presencia para poder levantarlo delicadamente en la mano.

En la familia, el amor, las sanas costumbres, la cercanía, el diálogo y el respeto, animan a los hijos a estar seguros con sus padres; esperando de ellos protección y consejos sabios.

En el rebaño, las ovejas conocen la voz de su pastor y no pueden ser engañadas por el ladrón o el devorador.

Juan 10:1-3,27,28 Reina-Valera 1960

1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.
3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Salmos 22:9-10

9 Pero tú eres el que me sacó del vientre;
El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer;
Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

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