A punto de salir, para realizar algunas diligencias, timbra el teléfono; y para sorpresa, se trata de un amigo que no escucha ni ve, por años; se ríen, recordando buenos momentos del pasado, pero han transcurrido ocho minutos y recuerda, que todos los lunes temprano, va al banco. Se despide de su gran amigo, con la promesa de hablar luego; pero es consciente, que llegará unos minutos tarde, para retirar un dinero.
Al llegar, ¡cuál fue la sorpresa! Hubo un robo en el piso en el que debía encontrarse, con un resultado trágico de ocho víctimas mortales; aterrorizado y muy preocupado, pregunta a un guarda de la oficina bancaria, ¿hace cuánto fue el incidente? Este le contestó: máximo, ocho minutos.
Existe la alta probabilidad, que aquel día era el de su muerte; pero quizás, un gesto de su alma o una intención sincera desde su corazón, con ánimo de cambio, fue percibida por su Creador.
Éxodo 33:13-15 Reina-Valera 1960
13 Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.
14 Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.
Isaías 38:4-5
4 Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
5 Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años.
Eclesiastés 3:1-2
1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;