Siendo muy niño, cuando tenía tres o cuatro años de edad y mientras disfrutaba de un buen día en familia, me lancé a la piscina creyendo que todo estaría bien y que esta, no era lo suficientemente profunda; pero, ¡vaya susto e inexpresable angustia al no tocar fondo! Y cuando sentía que la vida me abandonaba, el instinto de conservación en mí, se puso al frente de la situación y sin saber nadar, mis pies se movieron con fuerza, hasta que pude llegar al borde y allí, ser auxiliado por unos adultos.
Momentos inesperados y peligrosos que sin saberlo, bastó solo un imperceptible toque divino, para que fuesen superados.
Isaías 40:22 Reina-Valera 1960
22 El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.
Isaías 43:2
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Joel 3:10
10 Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.
Mateo 10:29-31
29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.
30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados.
31 Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.