Creerle

Juan Diego Jaramillo | 3 de julio de 2021

Aceptar de corazón y creer en el transcurso de la vida, el amor de los hijos o de una pareja, cuando expresan un sincero beso, un fuerte abrazo o quizás, un valioso y estremecedor te amo, es convivir con experiencias que logran que nuestros pies se afirmen con más seguridad sobre la tierra; si en cambio, prevalece la no aceptación de la entrega, dedicación y amor de otros hacia uno mismo, se origina la lejanía basada en la despiadada y mortal desconfianza hacia las relaciones afectivas.

Un símil de la anterior situación, se presenta con la manera de acercarnos a Dios; si no damos por cierto que Él, ha estado atendiendo nuestras necesidades espirituales, sentimentales y físicas, se instalarán el desinterés y la incredulidad hacia su Santa Presencia a través del Espíritu Santo.

Juan 14:1-3 Reina-Valera 1960

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Mateo 11:28

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Salmos 23:1-4

Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

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